Explorando texturas, matices, fondos y rescatando los colores del mexicano, fuertes y contrastantes entre cálidos y fríos, la obra incorpora un concepto simplista que busca Armonía y Luz.
La obra se divide entre propuestas de colores fríos y cálidos. Propone una línea de tierra oscura hasta llevar al espectador a la luz en su línea cielo, utiliza las texturas como una forma de incorporar matices a la cromática y el uso y abuso de la hoja de oro y polvos como un símbolo de luz y brillo que produzca un foco de atención en el espectador.
Algunas obras son análogas en su cromática buscando producir estados de paz, reflexión y quietud, otras son totalmente complementarias y buscan producir estados de entusiasmo, alegría y pasión. Todas llevan el concepto unificado de integrar y unir a la vista un estado visual de agrado estético.
La obra se produce partiendo del expresionismo libre en el uso de diversas técnicas y materiales (óleo, acrílicos, pigmentos y resinas) por lo que toda la obra se realiza en una técnica mixta. Los soportes son diversos dividiéndose entre lienzos y madera. Están recubiertos de barnices acrílicos que aseguren la permanencia de la texturas y el color a través del tiempo.
El objetivo primordial de la obra es aportar una experiencia estética que permanezca a lo largo del tiempo y se reconozca en la búsqueda de la Armonía de los colores y la Luz.
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